Las cosas viejas


(2006)

Trizas de tus cielos una vez. Solamente.

De dónde me voy a sacar el elíxir, hasta cuándo postergar estas ganas.

Sombra del volcán. Una espesa marea de fuego, este magma, mis dolores por dentro, mi canto sin eco.

No quedas: pasas.

Fuerza y centro: solías lamer las esquirlas que antes me encarnizaban.

COLOMBIAN COFFEE

Droga de centro: otra vez brutal el aroma que me deja por fuera.
Sin las palabras un nombre,
Esta nueva alucinación.
Aquí me tienes: pariendo pesadillas.

(2004)
II

Del gris sobreviven mis manos y la infamia que se
agolpa afuera.
En las calles sin ti se hacen las maromas
de la supervivencia y en mi interior se deshacen las horas.

De no tenerte.

Abismos que juegan a perderse
caen sobre sí mismos sin fin.
Mi carne interroga y la memoria vuelve a esperar.

Túnel desenfrenado.

Un segundo de tu voz y la vida:
la asfixia de la tristeza es el miedo.

VII

Pixeles de todo un día: electricidad y músculos al final de la noche.

El ensueño en las pálidas gotas que van y vienen, una crucifixión al frente de la pantalla.

Mirarás desde la otra orilla mis afanes inútiles y
amarás cada signo de interrogación si me vuelvo invisible.

Y mientras tanto las venas, una ficción:

el letargo de no tenerte.

XI

Y mi soledad electrónica donde terminas de aparecerme y la mirada se vuelve desnuda.

En tu tiempo y a tu hora desenfundas corazones y sueños: piel y rubí: inventado a tientas por mí es tu arrinconado silencio

La aurora donde despierto.

Los colores que me existen.

El mar en que me pierdo.

Y en las mentiras de los satélites nos terminamos de feriar, a medias, la libertad.

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